I
Hemos leído con sumo interés y satisfacción los escritos de nuestros buenos amigos y compañeros de la UCA, Guillermo Rothschuh Villanueva y José Dolores Gómez Rojas, del primero.
“Estudiantes reivindican derechos” sobre el papel del movimiento estudiantil, y del segundo sobre la historia general de la U C A, nuestra Alma Mater.
No podemos menos que agregar a estos magníficos escritos, algunas consideraciones, recuerdos y relatos de nuestros años en la UCA, tal vez impregnados de nostalgia por aquellos tiempos idos que compartimos, especialmente por estar celebrándose el Cincuenta Aniversario de esa casa de estudios.
II
Rothschuh nos hace un detallado análisis de la participación del estudiantado de la UCA en la liberación de Nicaragua, dejándonos ver que los fines para los que pareciera haberse fundado, se tornaron en “radicalmente distintos”.
Nosotros agregamos que el movimiento universitario que coadyuvó de manera tan importante en la caída de la dictadura somocista, le debe mucho al movimiento de los estudiantes de secundaria de aquellos tiempos heroicos del “Ramirez Goyena”, tan prolifero en revolucionarios que después se destacarían en las luchas universitarias y en la guerra de liberación.
III
Recientemente recordábamos lo que quizás fuese la primera actividad rebelde en la UCA, estábamos aún por el Cine Margot en el año 1961 y en laa Plaza de la República se daba un enfrentamiento entre transportistas y las tropas del famoso Alesio Gutierrez, protesta a la que rápidamente nos sumamos los estudiantes de la UCA.
Cuando Alesio arremetió contra nosotros, buscamos refugio en el edificio esquinero que entonces albergaba a la UCA. El temido G.N. y sus esbirros corrían detrás de nosotros “a culata moderada” como se usaba entonces. El Rector Padre León Pallais, después de dejarnos pasar, se paró en la puerta de entrada y con los brazos abiertos cerró el paso a la tropa de la Guardia Nacional.
Un acto como aquél no define al Padre Pallais, pero tenemos que reconocer además de su valerosa posición en aquella ocasión, que sin su tesón, su esfuerzo y trabajo, quizás la UCA no hubiese nacido.
IV
La UCA acercó a eminentes y valientes sacerdotes con las luchas nacionales, en la UCA se dio la unión de los padres de familia con sus hijos en las tomas de sus instalaciones. Era y es una universidad sui generis, donde sacerdotes, profesores, autoridades, alumnos y sus padres, se dieron la mano en esa larga lucha por erradicar a la dinastía somocista.
Y agregando a lo dicho por Rothschuh, cuando menciona a los miembros del CEUUCA, por lo general los dirigentes estudiantiles además de sus actividades revolucionarias se contaban entre los mejores estudiantes de sus carreras.
Y compartimos un recuerdo que quedó entre los miembros de un CEUUCA de aquellos tiempos, cuando estábamos en alguna de esas luchas casi cotidianas, el Padre Pallais llamó a su oficina a estos niños buenos alumnos que formábamos el CEUUCA y nos aconsejó: “Ustedes están equivocados, lo que necesita Nicaragua es llegar a convertirse en un Estado Libre Asociado, como Puerto Rico”.
V
Hoy tenemos una UCA que no solo ha crecido desde aquel caserón alquilado hasta las numerosas instalaciones del presente, sino también su desarrollo técnico y científico, la proliferación de institutos y centros de investigación, de servicio a la comunidad, una UCA que se expande en el conocimiento, que se adelanta al tiempo previendo las necesidades de un mundo distinto y cambiante y hacia allá encamina sus pasos, garantizando a sus profesionales la adecuación de lo aprendido a lo que les tocará vivir.
Para nosotros, egresados en 1966 con su primera promoción, y en 1969 con la tercera promoción de Derecho, vemos este desarrollo con alegría y renovada esperanza.
VI
Se nos ocurre percibir esta UCA, que con el tiempo ha ido adquiriendo sabiduría bien cimentada, no solo como un Alma Mater ejemplar, sino que cuenta ya con miles de hijos y además con miles de nietos, como nuestros dos hijos, también egresados de sus aulas.
Hay tantos nombres que reconocer en la vida de esta Universidad, que se nos hace poco el espacio para mencionarlos, ya Lolito Gomez y Rothschuh nos han recordado a esos sacerdotes y esos laicos que han ido conduciendo con éxito a la UCA por un mundo cada vez más difícil.
VII
Recientemente asistimos a la Misa celebrada por la visita del Superior General de los Jesuitas, Padre Adolfo Nicolas Pachón. En ella vimos concelebrando a muchos de esos sacerdotes que nos acompañaron en nuestra formación profesional y personal y que pusieron el toque ignaciano a nuestra educación.
Rostros aureolados por albas barbas y cabellos canos que cantaban con el mismo vigor de hace tantos años La Misa Campesina y nos dijimos, la UCA sigue entre nosotros para bien de Nicaragua.
VIII
Este medio siglo de vida augura muchos años más de logros a los planes y proyectos de la Compañía de Jesús, y de entre todos ellos, quisiéramos que la UCA siguiese siendo la Universidad de nuestros recuerdos y de nuestras aspiraciones, donde nuestros nietos lleguen a formarse como ciudadanos y profesionales completos.
Managua en los primeros días y aguaceros de Mayo de 2010
Neville Cross y María Elsa Vogl
Miembros del Centro Nicaragüense de Escritores
María Elsa: He leído imprecisiones sobre la noche que se cerró la UCA cuando la guardia nacional estaba acribillando a Casimiro Sotelo. En honor a la verdad, esa noche toda la UCA estaba en clase como si nada estuviera pasando, hssta que vos -en ese momento en un cargo administrativo de la facultad de administración- le dijiste en voz alta a algunos alumnos que “era una vergüenza que estuviéramos tan tranquilos mientras mataban a Casimiro”. Vos prendiste la mecha. El que diga lo contrario, por lo menos, tiene mala memoria.