María Elsa Vogl

Necesito presentarme ante ustedes y no se que les interesa conocer de mi, no soy mujer de una sola veta, son varios elementos los que me forman, todos importantes.

Quizás hay un elemento que me marca y delinea mi vida: tuve polio a los seis meses de edad y eso me ha hecho una luchadora. No viví pendiente de mi discapacidad pero tuve que vivir superándola. Y al llegar a la tercera edad he tenido que admitir que la polio es un enemigo de por vida, porque cuando una siente que le ha ganado la lucha, vuelve alevosamente con unas secuelas tardías que te arrebatan lo superado.

¿Les importa conocer que fui una alumna destacada?, graduada de bachillerato en el Colegio La Asunción como la mejor alumna de la promoción y luego graduada en La UCA en Administración de Empresas también como la mejor alumna de la Universidad, ¿que estudié 5 años de Derecho y dos de Filosofía y letras? ¿Qué soy técnica en bibliotecología?

Mi vicio es leer, y leo de todo, leo literatura y ciencias, leo novelas, poesías y ensayo y tecnología, procuro estar al tanto de lo que sucede no solo en mi interior sino en este querido pedacito de tierra que tanto amo y en el mundo. El conocimiento me apasiona, investigo no solo cuando escribo, sino por necesidad, necesito saber cual fue ultimo planeta que fotografió el Hobbs y que nuevo avance hay sobre la cura del Sida, saber de las hambrunas de África y de los excesos de lujo en Dubais.

Si con mi palabra pudiese, habría cambiado el mundo para que fuese más equitativo, sin pobres muriéndose hambreados y sin que los poderosos royeran sus huesos para forjar sus inmensas fortunas. Pero hago lo que puedo desde la columna quincenal que publica El Nuevo Diario desde hace más de doce años.

Mi primera obra fue un cuento de denuncia publicado allá por 1958 en la revista literaria del Instituto Ramírez Goyena. La poesía vino después, escribía como una necesidad, en mi vida interior tan cerrada, llena de actividades laborales, mi espíritu necesitaba desesperadamente expresarse. Escribí mucho en páginas que guardaba y sacaba después para borrar, poner, volver a quitar y después romper.

No se cuando me anime en dejar vivos algunos poemas que creí estaban completos, los sentía terminados y los fui guardando. Al llegar la computadora me entusiasme con la facilidad de sustituir la maquina de escribir que borroneaba las paginas y había que repetir lo escrito.

Un día de tantos, con mucha timidez pero armada de valor para escuchar la verdad, tomé un puñado de mis poemas y se los di a leer a un entrañable amigo, el Ingeniero y Poeta Ernesto Gutiérrez a quien consideré y consideraban un crítico estricto, quede semanas esperando el fallo, al fin me llego una nota que decía a algo así: no hay ningún verso malo, no encontré ningún poema mal escrito, me gustó todo, mis preferidos son tal y cual, eres poeta. Me sentí ungida y hasta logre sentir en la frente el roce de los laureles de ese pequeño triunfo que fue como un permiso para enseñar lo que había escrito y seguí escribiendo.

Puse en manos del Poeta Luís Rocha mi seleccionada cosecha y Luís sin decirme nada los pasó al Poeta José Coronel Urtecho. Y pasaron dos cosas, mis poemas fueron publicado en el NUEVO AMANECER CULTURAL y Coronel Urtecho converso conmigo y me dio un consejo: trabaja mucho tus poemas, púlelos hasta que sientas que ya pueden brillar.

Mas que ningún otro reconocimiento guardo como tesoro el recuerdo de una tarde en La Habana, cuando trabajaba en nuestra Embajada y al Poeta Coronel Urtecho le rindieron un homenaje en LA CASA DE LAS AMERICAS, yo estaba francamente impresionada de estar sentada al lado del poeta ante aquella pléyade de talentos de quienes quizás solo conocía sus obras. Al ser presentada la mesa de honor, Coronel Urtecho pidió la palabra y dijo, quiero aclarar que la poeta Maria Elsa Vogl está aquí por poeta y no por diplomática. Fue como si me armasen caballero de la mesa redonda.

Mis reconocimientos han sido principalmente que mis poemas sean publicados cuando los envió al mundo, ya están grandecitos y pueden valerse por si solos. Algún día y quisiera que fuese pronto, voy a juntarlos en un libro para que juntos puedan llegar a muchas manos.

He publicado un libro, es una selección de los artículos A CUATRO MANOS, escritos desde 1992 hasta 1996. Estos artículos se llaman a cuatro manos porque los escribo con quien fue mi esposo y hoy mi mejor amigo, el Doctor Neville Cross. La columna recibió la distinción de La mejor columna de opinión por parte de veteranos periodistas.

Soy miembro del Centro Nicaragüense de Escritores y de la Asociación de Escritoras de Nicaragua.

Soy mujer, soy madre y muy especial y gozosamente soy abuela y tengo algo que decir, hoy se los digo a ustedes. Y quiero contarles que soy feliz entre la juventud, esta juventud que es esperanza y fe para la vieja generación.

MARIA ELSA VOGL MONTEALEGRE
Recital en el Instituto Nicaragüense de Cultra Hispánica
Septiembre 22 del 2008

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