I
Se vislumbra una nueva mascarada en Washington, una de mujer y otra de un afro americano.
El rostro detrás de cualquier máscara seguirá siendo el mismo. Washington emula la terquedad Británica con el peñón de Gibraltar. Con ligeros cambios de matices, su política seguirá siendo la misma.
II
América es para y de los americanos. Según ellos América es solamente el territorio USA. Y no regalan nada. El gran capital que maneja los hilos económicos, respalda y apuesta a John McCain y si fallara respaldarían a Hilary, para regresar al neoliberalismo de Clinton adaptado a los nuevos tiempos.
Irak, el petróleo, el estallido de las burbujas financieras y el deterioro del medio ambiente, sin embargo, favorecen un deseo de cambio que le ha abierto un espacio inesperado a Barack Obama.
Resaltamos a continuación algunas de las explosivas palabras del discurso de Obama que retoman el tema álgido de la soterrada discriminación racial existente.
III
Agricultores y académicos; estadistas y patriotas cruzaron el Atlántico para escapar de la tiranía y la persecución, y promulgaron una Declaración de Independencia en la convención de Filadelfia, pero ella estaba teñida con el pecado original de la esclavitud. Los fundadores optaron por permitir el comercio de esclavos y pasarles su redención a sus herederos.
La respuesta a la cuestión de la esclavitud ya estaba incrustada dentro de nuestra Constitución, que tenía en su esencia misma el ideal de la igualdad de los ciudadanos ante la ley; una Constitución que prometió a su pueblo la libertad y la justicia que podría y debe ser perfeccionada con el tiempo.
IV
Sin embargo, las palabras en un pergamino no serían suficiente para eliminar la esclavitud, ni para darles a los hombres y mujeres de cualquier color y credo, todos los derechos y obligaciones que tienen los ciudadanos de los Estados Unidos.
Fue necesario que los estadounidenses de las sucesivas generaciones hicieran su parte para reducir esa brecha entre la promesa de nuestros ideales y la realidad de su tiempo. Lo hicieron con protestas y luchas, en las calles y en los tribunales, a través de una guerra y con desobediencia civil y siempre corriendo grandes riesgos. Esta campaña ha sido una larga marcha para continuar la lucha de aquellos que nos precedieron, una marcha en pro de una sociedad más justa, más igualitaria, más libre, más solidaria y más próspera.
V
Yo decidí postularme para la Presidencia porque creo profundamente que solo juntos podemos resolver los desafíos de nuestro tiempo.
Podemos tener diferentes historias, pero tenemos esperanzas comunes; tal vez no tenemos el mismo aspecto y es posible que hayamos llegado desde diferentes sitios, pero todos queremos avanzar en la misma dirección, hacia un futuro mejor para nuestros hijos y nietos.
Esta creencia viene de mi propia historia y de mi inquebrantable fe en la decencia y generosidad del pueblo estadounidense.
VI
Soy hijo de un hombre negro de Kenia y una mujer blanca de Kansas. Mientras mi padre se encontraba en el exterior sobreviví con la ayuda de un abuelo blanco forjado en la depresión de los años 30 y de una abuela blanca que trabajaba en una línea de montaje en Fort Leavenworth.
He ido a algunas de las mejores escuelas de Estados Unidos y viví en una de las naciones más pobres del mundo. Estoy casado con una afro americana que lleva en sus venas sangre de esclavos y de dueños de esclavos, una herencia que se ha transmitido a nuestras dos preciosas hijas.
Tengo hermanos, sobrinos, tíos y primos, de todas las razas y matices, repartidos en tres continentes, y nunca voy a olvidar que solo en Estados Unidos es posible repetir mi historia. Esta es la historia de mi genética que nos da la idea de que esta nación es más que la suma de sus partes, que a pesar de ser muchos, somos verdaderamente uno.
VII
A lo largo del primer año de esta campaña, contra toda predicción, hemos visto cómo el hambriento pueblo de los Estados Unidos aplaudía este mensaje de unidad. A pesar de la tentación de ver mi candidatura desde un punto de vista puramente racial, hemos construido una poderosa coalición de afro americanos y estadounidenses blancos.
En mi campaña, algunos comentaristas me han considerado o “demasiado negro” o “no lo suficientemente negro”. La prensa ha analizado las encuestas para medir la polarización racial, no sólo en términos de blanco y negro, sino también de negro y marrón, y en los últimos días el debate de la raza ha tomado un giro particularmente divisivo.
VIII
En un extremo hemos escuchado que mi candidatura es un ejercicio de la acción afirmativa; que supone basarse únicamente en el deseo de los liberales de comprar la reconciliación racial en baratillo.
En el otro extremo, Wright mi ex pastor, ha utilizado un lenguaje incendiario para expresar opiniones que tienen el potencial no sólo para ampliar la brecha racial, sino para denigrar a la vez la grandeza y la bondad de nuestra nación.
Tenemos que estar unidos para resolver un conjunto monumental de problemas: dos guerras, una amenaza terrorista, una frágil economía, una crónica crisis en la atención de la salud y la amenaza potencialmente devastadora del cambio climático, problemas que no son ni blanco o negro ni latino o asiático, sino más bien problemas que enfrentamos todos.
IX
William Faulkner escribió una vez: “El pasado no está muerto y enterrado. De hecho, ni siquiera es pasado”. No necesitamos recitar aquí la historia de la injusticia racial en este país. No obstante, debemos recordar que muchas de las disparidades que existen en la comunidad afro americana de hoy, pueden estar directamente relacionadas con las desigualdades pasadas de una generación anterior que sufrieron bajo el brutal legado de la esclavitud.
Escuelas segregadas eran y son escuelas inferiores, todavía seguimos con la misma educación inferior de siempre. Entonces y ahora, la educación diferenciada nos ayuda a explicar la profunda brecha entre los logros de ambos grupos.
X
Hablemos de cómo las Salas de Emergencias se llenan de blancos, negros e hispanos que no tienen atención médica; que no tienen el poder para superar los intereses especiales de Washington, pero juntos lo podemos lograr.
Hablemos de hombres y mujeres de cada color y credo que sirven juntos y luchan juntos, y sangran juntos bajo la misma orgullosa bandera. Hablemos de cómo concluir una guerra que nunca debió haber sido ni autorizada ni librada, y hablemos de cómo vamos a mostrar nuestro patriotismo para cuidar de ellos y sus familias, y darles los beneficios que se han ganado.
XI
Estos son los pensamientos de Obama, nosotros creemos que tiene más deseos que capacidad real de vencer al establishment. A Obama le vemos dos opciones, o se acomodará de marioneta a los mil hilos transnacionales que controlan el imperio o seguirá el camino de Cristo, Lincoln, Malcom X, Luther King y los dos hermanos Kennedy.
La máscara de mujer recién recordó el asesinato de Robert Kennedy.
Managua 25 de Mayo del 2008
Maria Elsa Vogl y Neville Cross
Miembros del Centro Nicaragüense de Escritores