I
Hace algún tiempo creímos oportuno decir en esta columna que los reductores de velocidad, llamados popularmente “policías acostados” eran un atraso a nuestro atrasado progreso. Cualquiera que haya sido la razón para que los retiraran, la realidad es que mayoritariamente desaparecieron, no sin antes causar accidentes con pérdidas de vida y daños económicos.
II
Decimos mayoritariamente porque en los alrededores de la UCA y en la avenida que va al barrio José Benito Escobar quedan algunos sin aparente razón. Lo más triste es el espectáculo de un ciclista que asciende la cuesta del circuito Tiscapa y más que un “policía acostado” se encuentra un “comisionado mayor” o tal vez “un ministro acostado” del tamaño del que existe en el Registro Público de Managua, que requieren esfuerzos olímpicos para superar estas trabas.
Hay que reconocer que algunos de estos impedimentos colocados en barrios, en las calles donde los buses vuelan ruidosamente sin respeto por colegios o cruce de peatones, fueron puestos por los vecinos tratando de frenar los accidentes que siguen causando los buses a pesar de las buenas intenciones. Algunos han quedado como recuerdo de que por ahí pasaba “una ruta”.
III
CNN entrevistó a un conocido jurista hondureño sobre su pronóstico en relación al entonces recién abierto diálogo entre sus “dos presidentes”. La respuesta del jurista fue extraordinaria: “Yo soy un jurista razonable y en Honduras ninguna de las partes respetan el derecho y ambos parecen haber perdido la razón, por lo que no es a mí a quien tienen que entrevistar.”
Traemos a colación lo anterior porque el daño que ha sufrido Honduras por estos acontecimientos les afectará por lo menos en los próximos dos años y de rebote será un elemento adicional que agravará en nuestro país los efectos de la crisis económica financiera mundial.
IV
Que nuestros gobiernos se encarguen de ponerle “policías acostados” a las empresas es un mal endémico. Mismo que nuestra idiosincrasia nica se encarga de superar de especial manera. Recordamos la Dirección de Ordenamiento Fiscal Aduanera DOFA durante el gobierno de doña Violeta, cuando sus personeros andaban deteniendo la circulación de los vehículos pidiéndoles documentos de aduana para diagnosticar si por la mercadería que llevaban se habían pagado los aforos aduaneros.
Procedimiento, grave de por sí por lo ilegal ya que la posesión presume el título, lo agravaba más la mala costumbre nica de ofrecer y de pedir coimas, se ofrecía coima para circular y el inspector recibía alegremente que “le alivianaran” la carga de enfrentar sus necesidades con un raquítico salario.
Y luego apareció el decreto de que no se podía regar con mangueras sino con baldes y regaderas, de tal suerte que quienes estaban chorreando concreto en las construcciones, pues tenían que baldear las mezclas o alivianar con coimas a los inspectores de ENACAL
V
Ya superamos los antojadizos “cierres preventivos” de empresas por supuesta evasión fiscal sin respetar el “debido proceso” es decir sin darles chance a los contribuyentes de objetar y eventualmente ampararse por decisiones tomadas en el campo por correctos inspectores que detectaban el fraude o por coimeros que buscaban una “alivianadita”.
VI
Marena con sus inspectores todo poderosos, roza con irrespeto a la Constitución, cuando ordena que se detengan las maquinarias que abren caminos o que cortan o transportan árboles cortados, sin respetar el proceso legal que permite aclarar la legalidad o no de esa actividad económica sin detener la producción.
La ley que prohíbe cortar árboles debe referirse a los bosques nacionales pues es inconstitucional ordenar expropiaciones de árboles de particulares sin previa compensación; primero se deberían dilucidar las mutuas pretensiones.
VIII
Y es que la sin razón de los “dos presidentes” hondureños uno con sus toques de queda y el otro con desórdenes sociales, se nos asemejan a los “policías acostados” de las nuestras calles y las antojadizas medidas que frenan las actividades de los nicaragüenses que queremos producir y dar empleos.
Las dificultades en el Registro Público con su “ministro acostado”, el embotellamiento en los Juzgados y la falta de incentivos para las actividades productivas se han convertido en un laberinto casi insuperable, especialmente porque uno nunca sabe a-priori bajo que ley y que nuevos requisitos serán exigidos.
Hay quienes prefieren pagar el flete y costos de imprimir libros en Costa Rica o Colombia o importar artículos plásticos que antes se producían aquí, porque sale más rápido y más barato que elaborarlos en nuestra patria. Nunca fuimos “fans” del presidente Bolaños pero al menos sus vallas publicitarias de NO SEAS MATAMAMA, COMPRA PRODUCTOS NICAS en vez de productos extranjeros, las aplaudimos con emoción.
IX
Sin generalizar, otros expertos en alivianarse son algunos policías de tránsito. Con testimonio fidedigno conocimos de un policía que después de detener a un conductor por presunta “invasión de carril”, al comprobar que el desdichado al volante no contaba con más que setenta y cinco centavos, los tomó con un resignado: dámelos pues. Y otro que después de explicar la infracción cometida con un ejemplar de la Ley de Transito, le pasó el cuadernillo de la ley al conductor para que en el mismo cuadernillo le pasara la “alivianada”
X
Hay que reconocer la eficiencia en las oficinas de Migración del actual gobierno donde tienen muy bien definidos los pagos por servicios rápidos y le dan a uno el consiguiente recibo. También debemos reconocer al Departamento de Carreteras del MTI, en sus encomiables esfuerzos por mejorar nuestras carreteras y caminos, y de paso quitar los “policías acostados”.
En los juzgados se ha destrabado bastante el flujo con la instalación de una Inspectoría Judicial, donde no conocemos si hay coimas. Quizás en el Registro Público aparezca alguna Inspectoría Registral que, ojalá como en Migración, tengan explícito el procedimiento de tramites rápidos y emitan los recibos por este recargo.
Con nuestro acostumbrado optimismo decimos que no hay que claudicar, sino pedir que sigamos los buenos ejemplos en todas las oficinas administrativas que frenan nuestro despegue e instamos a otros organismos estatales a no detener nuestra recuperación económica sino a facilitarla.
Managua al final de la inclemente sequía de Septiembre del 2009
Neville Cross y María Elsa Vogl
Miembros del Centro Nicaragüense de Escritores