I
Hay temas controversiales que surgen en conversaciones con los amigos o conocidos, las que por rigor científico no asumimos como verdades, las dejamos o momentáneamente o quizás para siempre en el campo de lo probable o improbable pero posible.
Cuando alguien nos dice que le visitó un extraterrestre, algunos podemos estar predispuestos a no creerle. No decimos que sea imposible, pero no entra en lo que calificaríamos de indubitable.
II
Recientemente, mientras gozábamos de una maravillosa puesta de sol en la laguna de Apoyo, lugar que desde hace más de cuarenta años nos ha embrujado, conversábamos con el visitante de un amigo común, quien nos afirmó que su lengua madre era la más antigua y por lo tanto la raíz de las lenguas de todas la etnias originarias de América. No quisimos contradecirle porque nos interesaba escucharle.
Sus características raciales no tenían nada especial, un tipo mestizo americano. Nos explicó que su raza era del norte del continente y orgullosamente afirmó que él no llamaba a los habitantes precolombinos de América, ni indígenas ni indios, sino etnias originales o primitivas y agregó que su raza materna era la etnia primigenia de nuestro continente.
III
Y ya que estábamos enunciando aseveraciones sin mucha base científica, nosotros expusimos la tesis de que Nicaragua es la barrera de América. Afirma nuestro ilustrado padre Alberto Vogl en su libro Nicaragua con Amor y Humor, que la comida, mucha de la fauna y flora, las lenguas, las culturas, las canciones y bailes del Norte llegan hasta Nicaragua y no siguen hacia el Sur y al mismo tiempo las del Sur no llegan ni a Honduras.
Aunque sobre las canciones y muchas otras cosas ya no sea tan cierto porque la globalización se ha encargado de difundir o influenciar músicas, culturas y arquitecturas a lo largo y ancho del mundo.
En Nicaragua tenemos idiomas de etnias primitivas del Sur, como las macro chibcha, que evolucionaron hacia el mayagma y miskito y del Norte nos vinieron voces aztecas, mayas y nahuatl que no llegaron a Costa Rica. Mantiene el historiador Eddy Kühl que la etnia y lengua Matagalpa son distintas de las demás encontradas en Nicaragua, habiendo recibido después influencias de las otras etnias. Las toponimias Tegucigalpa, Matagalpa y Moyogalpa, parecieran reforzar esta tesis.
IV
Entonces nuestro amigo pudiera estar reclamando algo que a primera vista choca con la realidad, ya que independientemente de que su lengua sea el equivalente al sánscrito o al latín de todas las lenguas de las etnias primitivas del Norte, no creemos que esas pretensiones se puedan sustentar hacia el Sur pues su lengua no es raíz del miskito (lo que él nos aceptó) ni creemos que sea la base ni del guaraní, del quechua, del inca ni de otras lenguas suramericanas.
V
Sobre dos de las tesis del origen de la población de América (que no abarcan todas las posibilidades), hay indicios claros que desde Rusia y sitios cercanos, vinieron por tierra (o hielo) y penetraron por Alaska vía el estrecho de Bering, y otra que desde Asia navegaron hacia Sur América. ¿Por qué no creer que aquí en América nació la humanidad en vez de creer que los humanos vinieron de otras tierras?. Tendríamos que llamar a Darwin para que nos echara una manito.
Inclusive, proponer la tesis de que en este ir y venir, tanto fuimos de aquí para allá, como de allá para acá ¿Es pecado científico proponer la tesis que desde África vinieron aquí por el Atlántico? Aunque esto se contradiga obviamente con la realidad de que en nuestro continente hay pocos rasgos de raza negra prehispánica.
VI
La torre de Babel supone una diáspora o deserción, que hizo que una lengua degenerara a través de un proceso dialéctico en diversos idiomas como ocurrió con el latín en Italia, Rumanía, Albania, Francia, España y Portugal. Y es posible que otra torre de Babel hiciera lo mismo en Asia o que la dispersión ocurriera aquí en América, hasta se podría proponer la tesis del origen del hombre en Centroamérica.
Pero así como en nuestro continente hay pocos rasgos negros prehispánicos, notoriamente hay rasgos asiáticos en las tierras andinas y en las nuestras y rasgos arios en algunas tribu nórdicas (como los pieles rojas), pero hablamos de hipótesis, tan solo hipótesis, que carecen del rigor científico para sustentarlas.
VII
En secundaria nos fastidiaban las clases de “Historia Universal” por tener que memorizar nombres y fechas con pocas proyecciones. Le llegó la redención a la “Historia Universal” en la Universidad cuando un catedrático nos enseñó que hay dos clases de historias, una la de los curas católicos que nos atiborraban la cabeza con datos fechas y nombres que no coadyuvaban al desarrollo del pensamiento analítico.
Y otra historia, la analítica, la historia dialéctica que tiene que ver con llegar a la explicación, alternativas y causas de la historia y sobre esta clase de historia llegamos a ser sus devotos y profundos admiradores.
VIII
Lo triste con el enfoque analítico de la historia es cuando encontramos las pasiones humanas en las raíces y razones de la historia universal. Las historia la escriben los vencedores reza el dicho popular. Algunas afirmaciones en tesis de historias analíticas pueden o no ser precisamente verdaderas o hasta llegar a conclusiones fatalistas de que las cosas fueron como sucedieron porque así tuvieron que ser.
IX
Las dos guerras mundiales, Hiroshima y Nagasaki, la destrucción de Yugoslavia, la división de Alemania, el genocidio en Vietnam, y la invasión a Irak, podrían ser consideradas inevitables. La avaricia, la codicia, la victoria del más fuerte, las ansias de poder, son los rectores y forjadores de la historia. Con solo saber que América tenía oro, Panamá el lugar para construir el Canal, o que Irak tiene petróleo, bastaba para profetizar donde aparecerían sus “conquistadores”
XI
¿No es irónico que sobre los eventos del pasado, aún sobre nuestras raíces lingüísticas solo podamos aventurar hipótesis, mientras que sobre el incierto futuro, armados de intuiciones sofisticadas, de psicología y otras ciencias sociales, con grandes posibilidades de acierto podamos profetizar?
Confiamos que con esas mismas ciencias y mucho amor, la humanidad logre llegar a un futuro de paz y bienestar para todos. ¿Utopía?, sí, pero es posible.
Apoyo, en las Fiestas Patrias del 2009
Neville Cross y María Elsa Vogl
Miembros del Centro Nicaragüense de Escritores