I
Respetando escritos de los expertos en esta materia, creemos que como seres humanos podemos expresar nuestras opiniones acerca de esta forma de entretenimiento que cautiva a toda clase de espectadores.
Crecimos viendo películas de Disney en las primeras ediciones en Technicolor, con emotivos temas de Bambi quedando huérfano, la Bella Durmiente, Cenicienta, El mago de OZ y de vez en cuando algún héroe de capa volando y héroes de espada. Se desplegaron ante nuestros ojos las películas épicas bíblicas de gran suntuosidad. ¡Qué lejos de las grandes producciones de hoy que nos dejan boquiabiertos con su tecnología!
II
De aquella época son también las extraordinarias producciones que forman el cuadro de honor del cine, como Lo que el viento se llevó, Casa Blanca, El Halcón Maltés, también actuado por Humphrey Bogardt, y tantas otras.
En nuestra juventud asistimos al Margot, González y el Salazar para ver las películas de guerra sobre las victorias norteamericanas y algunas de las victoriosas fuerzas aliadas, gran época de propaganda en todos los frentes de la expansión norteamericana.
III
Hace poco vimos un documental sobre las persecuciones que se dan en una mayoría de películas, en dicho documental nos explicaron que cuando un guión no alcanza los noventa o cien minutos que deben durar las películas que se precian de serlo, se hace preciso rellenar el espacio que le falta con cualquier cosa que complete esa duración.
Aunque entre anuncios y avances de próximos estrenos, se espera que la estadía de los espectadores sea de dos horas, hay guiones que se quedan cortos y es entonces donde se recurre a la táctica distractoria o dilatoria de quince minutos de persecución.
Persecuciones que pueden ser de hombre a hombre o de hombre a pie que persigue y alcanza a un montado a caballo o álgidas persecuciones entre ambos montados y sus variaciones. Últimamente se han dado persecuciones de a pie para montarse en un avión o persecuciones desde un bote a un carro o viceversa pero en fin quince minutos de suspenso de persecuciones tan variadas que le tomó al documental los cien minutos de rigor para resumirlas.
IV
El resultado de volverse un estudioso de estos paréntesis de persecuciones es como la medicina del matrimonio que cura la ceguera del amor. Un estudioso de estos guiones se abstrae de la emoción que quisieron venderrnos y entra la razón a elucubrar sobre estas disertaciones.
V
Otra variante de relleno es la lucha entre el protagonista bueno contra el malo, donde a menudo se emplean toda suerte de armas sofisticadas que deberían acabar con todos los actores pero anti-sofisticadamente no eliminan ni aciertan a los protagonistas, excepto a actores de segunda importancia hasta que el bueno y el malo se tienen que lidiar a “trompón limpio” donde el malo comienza ganando con ardides “deshonestos” hasta que agotado el tiempo que se quiere gastar y habiendo ganado en suspenso, el bueno finalmente derrota al malo.
¿Y que nos dice esto? pues que los espectáculos le dan al público lo que el público demanda y pareciera que el gusto general mediano (o mediocre) prefiere las películas que llevan persecuciones y estallidos de violencia, bombazos, incendios, ráfagas de metralla, crueldades y cruda violencia.
Con la reiteración se crea el circulo vicioso de la violencia, que educa y acostumbra al público a escenas apocalípticas y éste reclama más violencia, hasta hacer de nuestros jóvenes una clientela cinéfila ávida de “emociones fuertes”
VI
Y mientras el público siga dándole votos democráticos en este mercado de espectáculos, tendremos que aceptar que Hollywood seguirá ofreciendo persecuciones y luchas más o menos sangrientas según la característica o metraje del guión, sin importar que la violencia se vuelva cotidiana y baladí, tanto que nuestra juventud la asume como forma normal de vida repitiéndose desde las barriadas y favelas hasta francotiradores enfermos que llegan ametrallando estudiantes saturados de frialdad con la vida de sus semejantes y con valores de que los débiles no merecen vivir.
VII
Igual fenómeno se produce en la series y novelas de televisión, donde la violencia va tomando cada día más preponderancia dejando a un lado la intriga y el romance, reflejando y re-orientado lo que no quisiéramos que fuese una representación de una nueva realidad.
No tienen mejor perspectiva los juegos de video donde se destripan a marcianos, enemigos (no se sabe por que son enemigos pero son enemigos y hay que desaparecerlos) y en los que se contabilizan los muertos a favor y se premia el sobrevivir de los ataques o se muere ante la pantalla.
VIII
Se producen películas quizás moralizantes en que el bien gana, y gana con todo el increíble andamiaje de la técnica moderna, como AVATAR, o la Guerra de las Galaxias, donde principalmente se despliega ante nosotros un extraordinario espectáculo.
El cine moderno nos trae las fantásticas películas de Spielberg sobre habitantes de otros planetas, el regreso de los animales jurásicos y algunas más serias pero todas recaudadoras de millones en las taquillas internacionales. También aquí encontramos las persecuciones, violencia y afortunadamente en muchas de ellas el triunfo del bien.
IX
Habemos cinéfilos y televidentes que quisiéramos ver un poco más de tranquilidad en las pantallas, más dramas o romances eternos sin tener que indigestarnos con el relleno de las persecuciones y la violencia, la sangre y las muy graficadas muertes atroces.
El mundo esta lleno de tragedias, muertes innecesarias, injusticias sin fin, creemos que muchos no necesitamos de monstruos babeantes que desgarran hombres como si fueran corderillos, o vampiros con complejos de culpa por amores incomprendidos, o demonios flameantes que calcinan a las personas.
Mientras seamos minoría tendremos que seguir de románticos o de ingenuos pensando que el cine es un entretenimiento o una escuela para mejorar a las personas y por ende a la sociedad y no una fábrica de utilidades, donde el éxito o el fracaso se mide por las taquillas.
X
Confiamos que eventualmente habrán más personas de buen corazón y mejor gusto para dar paso a bellas y mejores producciones, con fabulosa tecnología y donde el hombre no sea un lobo para el hombre, sino una emulación hacia un mundo más ético y equitativo.
Managua, en media Copa Mundial de 2010
Neville Cross y Maria Elsa Vogl
Miembros del Centro Nicaragüense de Escritores
Excelente artículo. Antes me consideraba una cinéfila, pendiente de nuevas producciones y comentarios de críticos para programar la visita al cine. Ahora, si quiero apreciar buen cine tengo que buscar la guia de TCM.