Rendí mi lanza a la vejez
la llamo por su nombre
me acomodo en mi categoría
y aprendo a ser feliz en ella.
Ni cirugías ni cremas
ni tintes ni maquillajes
nada de sesiones de masajes
nada de dietas naturistas.
Soy vieja y plena
con las manos de mi madre
arrugadas y hacendosas
minuciosas en la caricia.
Sin perder la elegancia
no es privilegio juvenil
sin dar la espalda al amor
que hoy solamente es distinto
No llego a los cincuenta todavía, pero estos versos han llegado a tocar algo dentro de mi. Me parece una linda forma de expresar lo que se siente vivir esta fase de la vida!